Tres caminos que si bien, poco tienen que ver directamente entre si, su origen se remonta a un pasado común: el budo y la época de los shogun.
Fundada por O, Sensei Masamichi Noro, el kinomichi surge de una revelación personal acerca del fluir de la energía en el universo. Reflexionando a partir de un árbol, entendió que la energía no se detiene en algún punto en específico, sino que ésta fluye desde la tierra, las raíces, el tronco, las ramas, hacia el cielo y viceversa. Con esta iluminación, funda una variante del Aikido más dinámica, buscando justo que la energía no se detenga sino que fluya, imitando el movimiento de la espiral universal. Con elegancia, en la dinámica y práctica del kinomichi encontramos sin duda las raíces del budo. Y el budo (camino marcial o de la guerra) es bushido (código moral del samurai) un camino de perfeccionamiento interior y de estricta conducta de acuerdo al honor, la justicia y el valor.
El Kinkabu también tiene su origen en el camino marcial del samurai. Muy lejos del enfoque erótico que tiene hoy día, en su momento fue conocido como hojo-jutsu y era una forma de sometimiento que de acuerdo al rango del enemigo sometido variaba en su complejidad y composición. Pero el Shibari tenía alcances mucho mas allá de lo que originalmente significaba y poco a poco se convirtió en esa práctica erótica llena de estética y hasta de mística, donde la relación entre el nawashi (atador) y el jujun (atado) lleva a ambos a caminos de descubrimiento y encuentro. En otro momento hablaremos del paralelismo que encontramos en las relaciones que se dan entre nage-uke y entre nawashi-jujun.
Finalmente, el teatro Kabuki hunde sus raíces también en el mundo medieval del Japón, en las riberas del rio Kioto. Izumo No Okumi funda este nuevo y profundo estilo de canto, teatro y danza dramática que en el periodo Tokugawa se volvería tan popular y tan polémico que se prohibió a las mujeres sus asistencia. Desde entonces es ejecutado únicamente por actores masculinos. Uno de los temas favoritos del Kabuki eran los shinju mono, o suicidios de amantes. Y nos es imposible no evocar una de las obras maestras de la filmografía erótica japonesa "El imperio de los sentidos".
Tres caminos cuyo origen histórico y raíces estético-filosóficas se encuentran en el mundo del bushido, en la era medieval del shogun, Tres caminos que personalmente me llevan a experimentar una búsqueda estética-erótica-mística.
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