miércoles, 10 de enero de 2018

juegos con sangre en el BDSM

Los juegos con sangre son algo que a muchos de los practicantes BDMS nos resultan sumamente atractivos. Algunas prácticas y sugerencias para ello pueden ser las siguientes:
Abrasión: Puede realizarse con diferentes tipos de instrumentos, desde un cepillo, papel de lija, ralladores de metal, tenedores, etc.
Arañazos:Es una forma de abrasión. Hay que cuidar que las uñas estén bien recortadas, no estén mordidas y extremar las medidas de higiene pues siempre quedan restos de sangre y piel.
Cortes:Es uno de los juegos que puede causar cierto temor o rechazo entre personas que no lo conocen suficiente, pero que también es muy apreciado tanto por amos como por sumisas, pues pueden dejar una marca de propiedad. Pueden ser realizados con diferentes instrumentos: navajas, bisturíes, cuchillos, etc. Entre otros consejos hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones: tener a la mano productos desinfectantes y antisépticos para limpiar una herida o poder parar una hemorragia. Usar guantes hipoalergénicos a la medida, pues cuando suelen quedar grandes es mas difícil el control de los instrumentos de corte. Practicar con una naranja los diferentes tipos de cortes y profundidad de los mismos. Evidentemente se recomienda que cortes profundos solo se hagan cuando se tiene la experiencia necesaria. En ese sentido también intentar que los cortes no se crucen pues cada uno tiene distinta profundidad y puede provocar una herida mas complicada.
En todos los casos es importantisimo desinfectar el área en el que se va a trabajar, así como los instrumentos, obviamente. tener a la mano gasas esterilizadas. No es recomendable ingerir la sangre. Estos son algunos consejos muy básicos y generales sobre uno de los juegos que suelen generar mas fantasías en el mundo BDMS ¿Qué otros conocen ustedes?


sábado, 18 de noviembre de 2017

Kinoko Hajime New traditional Shibari Show 2016/09/03 Department H





Kinoko Hajime es para mi opinión uno de los artistas mas grandes de Shibari. Un artista en toda la extensión de la palabra. A su maestría técnica y conocimiento de los fundamentos tradicionales del Shibari, la combina con elementos estéticos de vanguardia como juegos de luces, efectos técnicos y musicalización creando algo totalmente personal y único. Como buen artista estas aportaciones son polémicas. Hay quien desde una mirada totalmente tradicional es renuente a esta visión de Kinoko. Hay otras personas como yo, que sin duda creemos que enriquece este bello arte sin pervertir sus raíces. El arte tiene esto. Un artística que no crea polémica puede que no esté trascendiendo. 

Kinoko Hajime expone, replantea y construye una visión tan personal, donde de una forma tan sutil lo tradicional se funde con elementos de ruptura y vanguardia. Uno de los mas grandes por este motivo, sin duda.

Nina Russ & Serena Perfetto at Ritual Bondage Night Rome 2017





Nina Russ es sin duda una de las mejores artistas de shibari. Siempre he sido gran admirador de su trabajo. Pero este es uno de los performances en el que se muestra su sensibilidad artística con mayor brillo. Una de las cosas que creo que los hombres tenemos que aprender de riggers como Nina Russ o Mirva Akai Hana es esa dulzura combinada con fortaleza con la que van acariciando a sus modelos durante el performance. En ese sentido, no solo su maestría técnica se muestra, sino que ésta es solo la plataforma para la expresión estética capaz de construir y transmitir emociones no solo a su modelo, sino a nosotros como espectadores. La música, la iluminación y por supuesto, la actitud de su modelo, terminan por configurar esa atmósfera onírica que termina por erigir una obra de arte.

viernes, 9 de junio de 2017

Cómo leer a Sade

El marqués de Sade es un autor mucho más complejo y sugerente que un simple escritor de fantasías sádico-sexuales. Pero para entender esto hay que sumergirnos en su contexto, en su obra y en su biografía. Sade, aunque noble, fue participante de la revolución. Más aún, su propio espíritu plasmado en sus obras nos deja ver a una persona de naturaleza rebelde hasta la raíz. Ateo, y de un espíritu incluso moderno, confía más en la ciencia y en la naturaleza que en la superstición religiosa. Así pues, la primera pista para una lectura del Marqués de Sade es entender su espíritu revolucionario.

Con su obra, Sade nos deja observar verdades intuidas pero no reveladas. Manejada con poca discreción, podemos entrever que la élite social tiene sus “propias” ideas, valores y preceptos de acuerdo a su “estilo de vida” tan distinto del vulgo. De esta manera, no solo podemos hablar de una sociedad con una doble moral, sino que incluso, esa doble moral es producto de una distinta educación según la cuna de donde provenga cada individuo. Mientras que las masas son “esclavizadas” moralmente por una ética religiosa culposa e inquisitiva. Los grupos privilegiados como el alto clero, el ejército y la nobleza (mundos en los que crece, vive y por ende, conoció bien Sade) tienen una educación paralela donde una moral permisiva los guía a complacer y saciar únicamente sus apetitos personales sin ningún tipo de consideración por los demás. Esta doble educación es la que desprecia a una religión que condena, persigue y reprime al ser humano hasta los rincones más íntimos de su ser y su sexualidad. El individuo así, es extirpado de toda voluntad auténtica y es reprimido por la auto-condena más severa y cruel. Sin embargo, para la élite es todo lo contrario. El camino que se enseña es el de procurar la expansión de mi ser en la satisfacción de todo tipo de apetitos. Es el ser sin límite expandido hasta la locura psicópata que no encuentra saciedad ni límite. Como no encuentra la mínima empatía con los demás.



Las referencias de Sade a este tipo de vida y moral por parte de la aristocracia, el alto clero y la cúpula del ejército, no deberíamos de limitarla simplemente a la mera fantasía personal del autor. Sobre todo si recordamos la licenciosa vida de los emperadores, patricios y capitanes romanos. Basta con mencionar a la dinastía julio-claudia para encontrar antecedentes directos del comportamiento de los personajes de Sade. De tal suerte que, no es absurdo el pensar que tal comportamiento se pudo haber seguido hasta las cortes europeas que son herederas directas del imperio romano. Pero el desenfreno de los emperadores romanos no es, de ninguna forma, el único antecedente de esta moral libertina y sádica, pues en el mismo vaticano encontramos numerosos casos de cardenales, incluidos los papas, cuya vida licenciosa escandalizó hasta el extremo a una sociedad romana acostumbrada a todo tipo de excesos. Al grado de que arrastrar el cuerpo del Papa Juan XIV por los horrores y escándalos que cometió en vida.

Ahora bien, bajo los supuestos anteriores es que nos preguntamos qué quería reflejar verdaderamente Sade en sus personajes. Sobretodo en aquellos que pertenecen al alto clero, al ejército o a la nobleza y cuya existencia está totalmente entregada a satisfacer su placer.

Tendríamos que subrayar la intención pedagógica en la obra sadeana, que en algunos casos puede ser intuida e implícita como en el caso de Justine o Juliette, o en algunos otros  puede ser mas explícita como en la Filosofía de tocador. De manera personal creo que Sade tiene esa firme intención en su obra de, no solo denunciar la doble moral de la sociedad, sino de "re-educar" a sus lectores para abandonar la moral judeo-cristiana castrante, culposa y cercenadora de todo verdadero brillo en el ser humano. En este sentido podemos marcarlo como un antecedente de la crítica nietzscheana también a la moral judeo-cristiana y su propia propuesta moral a partir de la tragedia. Ciertamente, el alcance intelectual de los escritos de Sade son pocos si los comparamos con el trabajo de Nietzsche; Sin embargo, la claridad intelectual hacia el rechazo a la moral judeo-cristiana y la educación vulgar, es algo muy patente.

Si Sade tiene una intención mas o menos pedagógica en su obra, ¿cuál es el mensaje que quiere transmitir? ¿Cuáles son las ideas, valores éticos y estéticos, sobre los cuales desea re-fundar a los seres humanos? Siguiendo el paralelo con Nietzsche, encontramos en Sade una suerte de aristocracia espiritual (espiritual no en el sentido religioso, sino en el sentido de actitud e incluso capacidades intelectuales). Dicha aristocracia se conforma por quienes son capaces de abandonar esa moral castrante, esa moral diseñada para la sumisión y la culpa, y pueden abrazar una moral vital, que cae en los excesos propios de la psicopatía.



De tal suerte que en Sade podemos encontrar todo, menos ficción a nuestro parecer. Efectivamente, la plebe y la nobleza tenían vida muy distinta y, por tanto, su educación y sus ideas debían ser distintas. Ciertamente, en las altas esferas del poder social y político la influencia de la iglesia era y es muy poderosa. Pero no debió de resultar falso que en la intimidad “educaran” a sus propios vástagos según su opulencia y excesos, de manera que hubiera una moral que justificara lo que comúnmente sería condenado por las ideas vulgares (para el vulgo, la masa) de la iglesia católica-romana.

LA DOMINACIÓN BDSM COMO ARTE

¿Qué significa para mí dominar en el contexto BDSM? ¿Qué espero de este rol? En este texto, únicamente hablo de mi experiencia y mis propias expectativas, sin que pretenda en ningún modo ser un texto didáctico, o que de alguna manera dicte qué y cómo deben comportarse los demás. Para mí, el BDSM, al igual que otras artes, es un camino de búsqueda muy personal, donde no todos encontramos lo mismo porque no todos buscamos ni caminamos los mismos lugares. De ahí que la interpretación de cada quien para mi es igual de respetuosa y válida, según sólo la autenticidad y compromiso que cada uno hace consigo mismo. Así pues, sólo comparto mi camino y mis encuentros, mis hallazgos.

Así pues, para mí, dominar en el ámbito BDSM es algo cercano a un artista, a un músico o un escultor más concretamente, puesto que tu pareja pone en tus manos su sumisión para algo, por algo. Nadie adopta un rol sumiso desinteresadamente. De igual forma, nadie toma un rol dominante sin ningún interés. Es obvio que ambos buscamos algo, fundamentalmente placer. El placer, que puede ser interpretado desde muy distintas formas, evidentemente, pero que a final de cuentas se resume en algo que nos conforta, que nos hace sentir gozo e incluso felicidad. De ahí que se da una relación dialéctica entre sumisa y amo (o sumiso y ama y las variantes más diversas en que exista un intercambio de poder). El sumiso obtiene placer al someterse a su amo. Al obedecerle y complacerle. Pero de igual forma, el amo busca justamente producir ese placer en su sometida o sometido. No se golpea en contra de la voluntad de la persona, sino porque sabemos justamente que eso le da placer a nuestra pareja. En ese sentido, no buscamos como dominantes, al menos no yo, hacer un daño o producir un dolor sin otro objetivo que el dolor mismo. No. Lo que se busca es generar en nuestra sumisa un mar de sensaciones, emociones y hasta de experiencias que le permitan llegar no solo al gozo sino a la felicidad y, por qué no, a la liberación. Liberación del líbido, pero también, liberación del deseo en su sentido más espiritual, psicológico y hasta estético.

Tener una sumisa en mis manos, independientemente de las técnicas que utilice, significa que me han depositado su voluntad, sus deseos y fantasías, para que yo produzca justamente una experiencia en esa persona. Una experiencia desde el roce de su piel, su cabello, hasta el éxtasis más frenético y más profundo, o la entrega más absoluta en un momento muy cercano a la devoción.

George Bataille nos habla en “Las lágrimas de eros” cómo la pulsión erótica y la pulsión de muerte pueden llegar en un momento dado a fundirse para provocar una experiencia ciertamente mística y liberadora. No solo de los tabúes personales, sino incluso en un sentido más profundo, de nuestro propio ser, revelándonos ciertas verdades místicas reservadas en los antiguos cultos mistéricos, por ejemplo. Y es, en ese sentido, que mi papel como dominante es conducir a mi sumisa a dicha revelación, a dicho encuentro. En un camino que, por supuesto, no es personal sino en conjunto. De tal suerte que se dé la dialéctica de la que hablaba arriba, su placer es mi placer y viceversa. Su liberación es la mía. Puesto que el camino que recorremos, independientemente del rol que cumplamos, es el mismo, son las dos caras de la misma moneda.



Así pues, no domino sobre la nada, sino a partir y con una persona real, concreta, que tiene miedos y fantasías personales, que debo entender y descubrir, para producir esas sensaciones y experiencias que busco. Y en ese sentido es que se convierte en “la materia moldeable” para que como una escultura, se libere la figura que está en el fondo de la roca. Y así como el músico verdadero entiende que ningún instrumento es igual a otro, aunque parezcan los mismos, me esmero en entender quién y cómo es la mujer que tengo en mis manos. Qué pasa si toco tal punto, qué tipo de sonido produce, qué tipo de nota sale de su ser. Qué tipo de música tiene en su interior y hasta dónde puede llegar. Pero de igual manera que el músico, al tocar su instrumento, al ejecutar su sinfonía, él mismo se está liberando en este proceso. Él mismo está viviendo su propio camino de sublimación, placer y liberación espiritual, estética y psicológica, como habíamos dicho antes.


Es en ese sentido que personalmente entiendo la dominación BDSM como un arte, como una acción encaminada no sólo a producir un placer sexual, sino erótico. Algo que comprometa lo más profundo de nuestro ser. Un camino de encuentro y liberación conjunta.